-Disfruta de las pequeñas cosas, porque tal vez un día vuelvas la vista atrás y te des cuenta de que eran las cosas grandes.
-Ordenamos el mundo a nuestra medida y eso nos tranquiliza.
– Supongo que dejé de sociabilizar por miedo a cosechar más decepciones.
– Me ofende el mundo y sus tonterías.
– No importa lo que somos, sino lo que hacemos con lo que somos.
– Las horas no sirven para nada si no sabes qué hacer con ellas.
– No aceptamos el azar en nuestro día a día cuando es demasiado caprichoso. Pero en cambio lo aceptamos en el universo.
– Todos los seres humanos estamos vinculados por hilos invisibles. Tiras de uno y se mueve el conjunto. Por eso cada pequeño acto afecta a todo y a todos.
– Lo contrario es lo conveniente. Siempre que sientas ira hacía alguien aplícate esta máxima. Se trata de hacer justamente lo contrario de lo que te pide el cuerpo.
– Toda luz tiene su sombra. Las personas aparentemente más sencillas ocultan un mundo en el que suceden cosas impensables.
– Todo el que duerme es nuevamente niño, porque en el sueño no se puede hacer daño ni se rinden cuentas de la vida.
– El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.
– El que no sabe a qué cosas atender, y de cuáles hacer caso omiso, atiende a lo que no tiene importancia y hace caso omiso de lo esencial.
– Mientras estés buscando, tu mirada se ancla en los límites de tus expectativas.
– Para encontrar debes dejarte llevar. Mientras vayas con ideas preconcebidas serás incapaz de ver lo que pasa ante tus narices.
– Y yo era un ridículo satélite que giraba en torno a un sueño imposible.
– Todos sabemos más o menos lo que nos va a suceder, puesto que en buena parte elegimos nuestro futuro.
– ¿qué sería sin amor el mundo para nuestro corazón? Una linterna mágica sin luz.
– Desde que nacemos, nos enseñan a pensar que el mar es bonito sin que podamos decidirlo por nosotros mismos.
– Tal vez todo lo bello sea triste porque es efímero como un beso de mariposa.
– Quizá solo sean dignos de amor aquellos que aman al por mayor, sin negar a unos lo que dan a otros.
– El secreto residía en abrir bien los ojos y saltar sin miedo cuando fuera el momento.
– Supongo que me replegaba en mí mismo para protegerme de un mundo que me parecía hostil. A amar también hay que aprender y yo era un profano en ese arte.
– Las personas crecen, cambian, se olvidan unas de otras. De otro modo sería muy difícil vivir.
– La curiosidad humana no tiene límites. Y a veces nos olvidamos del riesgo que eso comporta. A no ser que aceptes vivir en la periferia del mundo, es mejor no saberlo todo créeme.
– La cara oculta de la Luna es un reflejo de nuestra propia alma.
– Nuestro valor se mide, sobre todo, por el bien que hacemos a los demás.
– Para ser buenos ¿Tendremos que disfrazarnos de malos?
– Cada soledad es única y no se parecen a ninguna otra porque tiene sus propios motivos para existir.
– Vivimos en un mundo de sensaciones y sentimientos.
– Nunca desprecies tus sensaciones y sentimientos, porque eso es todo lo que posees.
– Todo enamorado siente la tentación de explorar el pasado de la persona amada. Es un modo de entenderla mejor y, si es posible, no decepcionarla.
– Una vez oí decir que cuando te enamoras de alguien, en realidad, no estás enamorado de esa persona, sino de la vida a través de ella.
– El ser humano es en esencia contradictorio.
– Cuanto te distancias físicamente de alguien, su presencia en tu inconsciente se reduce progresivamente.
– Los pensamientos no son ni buenos ni malos, solo son pensamientos. Solo los actos cuentan.