¿Puede alguien vivir en 445 m2 durante el resto de su vida? Seguramente sí, seguramente usted conozca a mucha gente así. Personas que se desplazan por una celda sin estar presas, que se levantan cada día sabiendo que todo va a ser igual que ayer, igual que mañana, personas que a pesar de estar vivas se sienten muertas.
La historia comienza con un narrador en primera persona, desde el punto de vista de un protagonista del que nunca sabremos su nombre.
Los personajes que aparecen en la novela pueden ser tus propios compañeros de trabajo, vecinos e incluso tu propia pareja. Nos encontramos con un amigo de la infancia que tras un suceso se aleja de la amistad de nuestro protagonista, de un amor adolescente que crece en las páginas del libro pero que se verá afectado por un trabajo con compañeros y jefes agotadores.
La trama principal para mi es una crítica social a cómo podemos dejar que el trabajo y la rutina absorba nuestras relaciones y nuestras vidas.
No es el primer libro de Eloy Moreno que leo y tengo que destacar que cada vez que leo algo suyo me quedo más prendada de su forma de escribir. Desde el principio he sufrido con la historia, me he sentido parte de ella.
Nos encontramos con un protagonista que recuerda su infancia y como por un descuido y la mala suerte se separa de su mejor amigo, como a partir de ese momento su vida cambia, desde el primer amor, hasta su primer hijo, como el trabajo que elige lo absorbe de una forma que ni podría pensar y la de injusticias que se encuentra cada día al despertarse.
Nuestro protagonista va madurando con el tiempo y queriendo rectificar la vida que lleva y que hace que lleve su mujer Rebe y su hijo Carlitos. La pregunta es… ¿Lo hará a tiempo?
Tengo muchos sentimientos encontrados en este libro, me he sentido identificada pero sobre todo asustada, asustada de ser el protagonista en mi propia vida, de verme afectada por lo que pasa el protagonista.
Es una novela que hay que leer varias veces en la vida.
- He estado, a lo largo de mi vida, en rincones -nunca esquinas- parecidos, pero en ninguno de ellos he sido capaz de encontrar lo que dejamos en aquel que hace años compartimos.
- Marcas necesarias, sin duda, al menos para separar estratos, para que el de arriba se sienta más arriba, pensando que el de abajo, está aún más abajo. Gente rica -sólo hablo de dinero- que necesita gente pobre para poder disfrutar de su riqueza.
- Me pregunto a qué edad los besos que me dé él dejarán de ser de amor para convertirse también en besos de compromiso, besos de costumbre como los de ella. ¿En qué momento se romperá el delicado hilo que une a dos generaciones?
- Cuántas personas están en lugares equivocados, con aptitudes sin explotar, con patanes alrededor que no son capaces de detectar esas habilidades.
- ¿Por qué, aun hundidos, nos aferramos tanto a la vida?
Anichibooks
¡Hola!
Pues a diferencia de ti, yo no he leído nada de este autor, aunque me llama y no me llama (sobre todo no me llama por el te sigo/no te sigo de Instagram).
Me alegra ver que has podido disfrutar de la lectura, y es normal que te asustes si te ves identificada con el protagonista de la historia.
Besos ^^
Yolanda Mondejar (Lectora de 1994)
Hola guapa!
La verdad es que escribe muy bien, te recomendaría empezar por los cuentos para entender el mundo.
Es una lástima de lo de seguir no seguir… pero para mi que es por los bots.
Un besito
Alberto Mrteh
El primer capítulo me ha traído hasta aquí y me alegro porque me gusta lo que he encontrado. Te animo a seguir escribiendo.
Me encantaría invitarte a tomar un té con hierbabuena en El zoco del escriba y sigamos hablando de lo que prefieras.
Un abrazo.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)