Hope ~ Wendy Davies

Imagina un caserón de piedra parda en una calle cualquiera de una ciudad sin nombre. Acércate más. ¿Ves el nombre tallado en piedra? El teatro Serendipity te da la bienvenida. Si has llegado tan lejos imaginando, no te costará entrar.
Nada más hacerlo verás a Joseph tras el mostrador. Fíjate en la vieja estantería que hay justo detrás de él. Hay algo que llama tu atención. Entre una corona envejecida que ya ha perdido todo su brillo y una figura horripilante de una bailarina, me ves a mí.
Y, justo en este momento, Hope, una niña incapaz de escuchar las palabras, acaba de entrar. Puedes seguir imaginando o dejar que te cuente qué ocurrió.

Con un narrador, que nunca había visto, en primera persona desde el punto de vista de un «personaje», empieza nuestra historia.

Hay muchos personajes en esta novela, la protagonista es Hope, una niña a la que veremos crecer frente a muchas adversidades y a la que acompañaremos en sus pasos. Conoceremos a Wave, nuestro narrador, con unos ojos azules como el mar. Y con el ritmo de la historia irán apareciendo personajes importantes para la protagonista, tales como Joseph, Marianne, El Chico Azul, Diggs y Raven.

La trama será el crecimiento de Hope, su maduración y como se enfrentará a aquellos conflictos que la vida le pone por delante.

La pluma de las autoras es, como siempre, muy fresca, detallada, llena de metáforas, de frases que nunca olvidaremos, pero sobre todo su escritura está llena de enseñanzas.

Cuando vi que las autoras iban a sacar este libro que además es, según dicen por las redes, un retelling de Momo, no pude evitar tener que leerlo, todo lo que escriben Merche y Fatima es un aprendizaje, un recuerdo y una vivencia.

Empecé un poco mareada, porque no sabía quién estaba contándome la historia, hasta el momento en que Wave se presenta, un personaje que nunca había visto en ninguna novela como narrador, algo que me ha conmovido y que sin duda él es parte de la mágica esencia que desprende este libro.

Conforme iba avanzando las páginas me encontraba mucho más sumergida en la historia, me sentía parte de ella y cuando llegó Hope, me rompí, se me rompió el mundo porque yo me sentía como ella, todos nos habremos sentido como ella, y es que las autoras saben muy bien como jugar con los lectores, hacerles ser parte de la historia.

Hope es una niña especial, no puede oír palabras, hasta que conoce a Joseph, un viejo señor que regenta el teatro Serendipity, cuando Hope entra en su tienda y ve que puede escuchar sus palabras no dejará de ir porque aunque Joseph hable poco, le hace sentir parte del mundo.

Por último, quiero destacar al Chico Azul, que me ha robado el corazón. Mis ganas ahora son de saber qué será de los personajes, ¿los volveremos a ver en otra historia?

Este libro es un imprescindible para saber cómo se sienten aquellas personas que por todo el dolor que han sufrido han decidido dejar de escuchar al mundo, sin darse cuenta de que, a veces, el mundo tiene cosas bonitas que decir.

• Aprender a olvidar es una de las primeras lecciones que debes aprender cuando el tiempo pasa y tú no. Acabas por darte cuenta de que los recuerdos son cicatrices del alma y que no existen tiritas ni medicinas para corazones llenos de melancolía. El único tratamiento es el olvido.
• Y esto es extraño, sobre todo cuando los demás te olvidan pero tú eres incapaz de olvidarlos a ellos.
• Hay cosas que es mejor imaginar que saber.
• Cuando hablas con el silencio eres libre de decir lo que te plazca; no hay barreras ni filtros, ni medias verdades. Con él aprendí que el silencio no significa que no haya palabras, sino que no hay nadie adecuado para escucharlas.
• La realidad nos aplastaba a cada paso, pero yo me negué a rendirme. Nunca fui de los que aceptan la realidad como algo ante lo que doblegarse, sino como un reto.
• Pero lo importante es lo que siempre se esconde tras las palabras, lo que no se dice, lo que se oculta como un preciado secreto.
• La vida no es fácil, suelen decir. Creo que vivir no es difícil, lo difícil es estar vivo.
• Lo que te quiero decir es que todos somos magos. Todos, sin excepción […] Solo tienes que encontrar a quien sepa hacer magia para ti.
• Lo que puedes controlar es lo que haces durante ese tiempo. Hay mucha gente que se pasa la vida intentando controlar la de los demás porque no sabe qué hacer con su tiempo y otra que se esfuerza cada día por dirigir su vida, sin llegar a conseguirlo. No me gusta ninguna de esas dos opciones. Para mí el tiempo es algo que hay que gastar. […] El tiempo que no gastas lo pierdes, y el tiempo perdido es irrecuperable.