Si me dejas quererte
Victoria Vílchez
Tiempo. Eso es lo que Tessa necesita ahora que lo suyo con Alex ha dejado de ser una cuenta pendiente. O al menos eso cree, porque mientras ella se esfuerza por superar el fin de su relación, el destino, una vez más, cruzará sus caminos y le hará enfrentarse a todos sus miedos. Y por si fuera poco, también tendrá que luchar para recuperar la complicidad que la unía a su mejor amigo, Zac. Sin embargo, cuando te han roto el corazón en cientos de pedazos y no sabes quién eres, es difícil saber hacia dónde quieres ir.
Antes que nada, Tessa deberá poner en orden sus sentimientos, recomponer lo que queda de ella y plantearse por qué cada vez parece más complicado que su vida vuelva a ser como era antes. ¿Será lo suficientemente fuerte para resistirse a su primer amor? ¿Terminará alguna vez esa historia sin fin?
«El amor puede curar las heridas mil veces más rápido que el paso de los años. Pero para ello… para ello tienes que dejar que te quieran. Si me dejas quererte…»
Antes que nada, Tessa deberá poner en orden sus sentimientos, recomponer lo que queda de ella y plantearse por qué cada vez parece más complicado que su vida vuelva a ser como era antes. ¿Será lo suficientemente fuerte para resistirse a su primer amor? ¿Terminará alguna vez esa historia sin fin?
«El amor puede curar las heridas mil veces más rápido que el paso de los años. Pero para ello… para ello tienes que dejar que te quieran. Si me dejas quererte…»
El amor es la respuesta
Mónica Maier
¿Es capaz el amor de superar todas las barreras? ¿Puede solo un corazón dejar atrás las dudas y los miedos?
Gabriela siente que ha perdido por completo el control de su vida. Convencida de que lo que necesita es un cambio radical, decide «cruzar el charco» para instalarse de nuevo en Madrid, su ciudad natal.
Allí comenzará de cero: nuevo hogar, nuevo trabajo, nuevos amigos; y redescubrirá ciertas cosas que creía olvidadas, incluido a su viejo amor de adolescencia con el que tendrá que lidiar mientras trata de reencontrarse consigo misma y descubre que los sentimientos vienen sin etiquetas y no siempre es fácil aceptarlos ni mucho menos elegir cuál es el momento adecuado para que hagan acto de presencia.
Gabriela siente que ha perdido por completo el control de su vida. Convencida de que lo que necesita es un cambio radical, decide «cruzar el charco» para instalarse de nuevo en Madrid, su ciudad natal.
Allí comenzará de cero: nuevo hogar, nuevo trabajo, nuevos amigos; y redescubrirá ciertas cosas que creía olvidadas, incluido a su viejo amor de adolescencia con el que tendrá que lidiar mientras trata de reencontrarse consigo misma y descubre que los sentimientos vienen sin etiquetas y no siempre es fácil aceptarlos ni mucho menos elegir cuál es el momento adecuado para que hagan acto de presencia.
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